Concebido como un manual de descolonización, Para leer al Pato
Donald reconstruye la ideología imperialista subyacente en las relaciones entre
los personajes de Disney. Para Dorfman y Mattelart, detrás de la máscara del
mito Disney se esconde el insoslayable mensaje propagandístico del imperialismo
cultural, del capitalismo estadounidense y del mítico ´´American Way of Life´´.
Así, las historietas de Disney, más que un entretenimiento infantil, son un
manual de instrucciones para los pueblos subdesarrollados sobre cómo han de ser
sus relaciones con los centros del capitalismo internacional. Cuando este libro
fue publicado en Chile, hacía poco más de un año que la Unidad Popular había
asumido el gobierno. En ese contexto, vino a perturbar una región hasta ese
momento postulada como indiscutible. Los diarios de la derecha chilena lo
leyeron inteligentemente: sus comentarios abandonaron las secciones
bibliográficas y ocuparon un lugar en las de política, y la Asociated Press
difundió un alarmado cable entre sus abonados del mundo. La indignada reacción
de la derecha contra este texto tiene un punto de partida: las publicaciones de
la línea Disney son universalmente aceptadas como entretenimiento, valor lúdico
que corresponde a pautas permanentes de la ´´naturaleza humana´´ y que, por lo
tanto, está por encima de las contradicciones sociales. Para la burguesía, el
Pato Donald es inatacable: lo ha impuesto como modelo de ´´sano esparcimiento
para los niños´´. De ahí la trascendencia otorgada a este trabajo, donde lo
indiscutible se pone en duda: desde el derecho a la propiedad privada de los
medios de producción, hasta el de mostrar como pensamiento natural la ideología
que justifica el mundo creado a su alrededor. Donald es la metáfora del
pensamiento burgués, es la manifestación simbólica de una cultura que articula
sus significaciones alrededor del oro y que lo vuelve inocente al despegarlo de
su función social.
Resumen el sueño de
Walt por Gerardo Garcia
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